A 12,000 METROS DE ALTURA


Hola! Los saludo hoy desde México, Leo y yo llegamos muy bien. Hemos estado recuperándonos del viaje y pasando tiempo con mi hermana.
Estoy sorprendida de lo bien que nos fue, eran más mis miedos que lo que realmente vivimos. Me doy cuenta que los bebés se adaptan muy bien, es cosa de uno estar calmada y actuar con ellos como siempre.
Viajamos el sábado pasado, nuestro vuelo salía a las 8:50 am; levanté a Leo a las 4:00 am, estaba con una sonrisa desde que despertó y toda la energía del mundo, así siguió todo el día. 
Llegamos al aeropuerto con buen tiempo de anticipación y aún no había mucha gente. Lo primero que me tenía nerviosa era la revisión del aeropuerto, tener que manejar yo sola a Leo más las cosas que llevaba se me hacía complicado, pero prueba superada! Pude con una mano (en la otra cargué a Leo pues no alcancé a comprar un fular rígido para ayudarme con eso). Con la mano que tenía libre subí a la banda el porta bebé y la carreola, pero la verdad todo el personal de revisión me ayudó mucho, fue mucho más fácil de lo que pensé, cansado eso sí jeje pero para nada estresante.

Pasando la revisión ya sólo quedaba llegar al gate de salida. Fue de esas veces que todo se acomoda: nuestro gate de salida quedaba casi enfrente del Starbucks de la terminal y el baño familiar estaba a unos cuantos pasos.
Descubrí los beneficios de viajar con tu bebé, acceso al baño familiar y la oportunidad de abordar primero al avión! Jaja
Desde que esperamos la hora de abordar Leo se la pasó riéndose, yo iba con la duda de si mi bebé se asustaría al ver a mucha gente pues en donde vivimos, las veces que hemos salido y se topa con gente él no se mostraba muy contento y algunas veces llegó a llorar. Pero en el viaje fue todo lo contrario, desde que estaba formada en la fila de Starbucks vi que le estuvo sonriendo muy animado a la muchacha que estaba detrás de nosotros, él sabía muy bien que hacía pues era una muchacha muy bonita jaja. 
Cuando fuimos a sentarnos a esperar el abordaje le sonrió a una señora, una asiática llamada Jean. Se había sentado algo alejada pero vio risa y risa a mi hijo y se fue a sentar junto a nosotros y me sacó plática.

Justo 20 minutos antes de abordar fui al baño para ponerle un pañal limpio a Leo, ahí conocí la comodidad del baño familiar. Termine algo apurada pues se vino el tiempo encima y ya debía estar en la puerta de salida, salí a las carreras del baño, tanto que olvidé la bolsa con la fruta que había comprado. Pero el papá que entró al baño después de mí me gritó para regresarme mi bolsa (aún hay mucha gente honesta en el mundo).
Debo confesar que no pude viajar ligera, aquí en el blog una de las mamás me recomendó empacar solo lo esencial, sobre todo porque iba sola, de hecho empecé muy bien, cuando empaqué la maleta que documentaría quedo mucho espacio vacío, pero tuve el impulso de mamá primeriza de llevar cosas "por si acaso", terminé trayendo mil juguetes de Leo para que no extrañara tanto su casa.

Llegó la hora de abordar. Fuimos los primeros que dejaron pasar. En cuanto llegué a mi lugar me acomodé y comencé a hacer reír a Leo, mi propósito era mantenerlo despierto hasta el momento en que despegáramos, para que así durmiera más durante el vuelo.
Nos tocó en el asiento de en medio, ese era mi siguiente angustia, cómo íbamos a caber ahí. La primera persona que llegó era una señora, en cuanto nos vio pude notar en su expresión que no le encantó ver que un bebé viajaría junto a ella, decidí no darle importancia y le dije "hello!" para ser amable, solo respondió con un "hi", se puso sus audífonos y cerró los ojos, entendí el mensaje jaja.
Como les dije antes, ese día fue uno de esos en que todo se acomoda, el pasajero que debía ir en el pasillo no llegó, pude moverme al asiento del pasillo y tuvimos el espacio que ocupábamos, todo empezó muy bien.

Llegó la hora del despegue, en cuanto sentí que el avión se movía más rápido me pegué a Leo al pecho, empezó a comer y cayó profundamente dormido por un poco más de una hora. Pude comer mi fruta y ver capítulos de "The Big Bang theory". Despertó y estuvo igual de sonriente, está vez se le quedó viendo a la muchacha del otro lado del pasillo, este hijo mío salió todo un sonriente! No saben el gusto que me dio.
Hubo un momento que se puso inquieto y tuve que pararme por el pasillo para arrullarlo, pero cayó dormido rápido.
En un momento del vuelo Jean, la que nos sacó plática en la sala de abordar, fue a preguntarme si no ocupaba ir al baño para que ella me cuidara a Leo, de verdad que agradezco haberme encontrado con tanta gente buena. Ella misma me ayudó a bajar del compartimento de arriba la mochila que traía.

El aterrizaje fue sencillo, sin nada relevante. Bajamos del avión con una sonrisa.
Estoy contenta de haber llegado tan bien a México, me sentía muy emocionada de ver a mi hermana después de seis meses de no vernos, amé que Leo le sonrió en cuanto la vio.
A disfrutar se ha dicho! 
Nos leemos en la semana.

Comentarios

  1. Viajar con bebés es más fácil de lo que parece. El primer vuelo de Cronopio fue de 12 horas y el con tan solo 6 meses, yo imaginaba que iba a ser súper difícil y nada.... espérate a que Leo tenga 2 años....

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    Respuestas
    1. Hola!! 12 horas de vuelo, mis respetos!! yo que me angustiaba por 4 horas de vuelo jaja. Y si de hecho se me figura que cuando Leo esté más grandecito será más complicado. Ya les estaré contando en próximos viajes cómo nos va! Muchas gracias por comentar!!

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